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¿Los bariátricos son clasificables?
Cuando recién conocí a mi novio y me enteré que era bariátrico, mi reacción fue… So what?
No sabía en la chichita que me estaba curando
Si hablamos de clasificar personas, eso siempre es posible y es de bastante mal gusto, pero necesario en ocasiones como ésta. Las primeras veces que salimos juntos, con mi novio, me asombraba lo poco que comía, porqué siempre dejaba en el plato y en definitiva, por qué comía tan lento y poco, si es varón! .
Muchas veces me comentó que no todos los “operaditos” (me da risa el término que usa, es como si fuera todo un tema la operación) se comportan de la misma forma, en mi trabajo de aquel entonces también tenía una compañera “operada”que solía decir lo mismo, así que entre vivencias, conversaciones y otros ha nacido esta lista.
- El arrepentido, aquel que está siempre diciendo: por qué cresta me operé, no debí hacerlo, hubiera bajado de peso yo solo. Todos sabemos que si llegamos a la operación es porque no podíamos bajar de peso solos.
- El lavado cerebral, es aquella persona que te ve comiendo cualquier alimento que él/ella no considere saludable (si, la misma persona, no un médico) y te dará sermones de el daño que te encuentras haciéndole a tu cuerpo. Ok, hay muchas personas así que no son operadas, que también están en esta parada.
- El que no se entera, es aquel que a pesar de haber pasado por una cirugía mayor, no se dá por enterado que por un asunto físico no puede comer lo mismo que antes, sufren constantemente por no poder comer todo lo que quisieran, vomitan constantemente por darse atracones (que de seguro son 250cc de comida solamente). Esta es la típica historia que te cuentan antes de operarte: “Tengo un amigo, que tiene un conocido (o directamente el amigo) que se operó y ahora más gordo que antes”.
- El eterno rebote, baja normalmente durante el primer año, luego de eso comienza los rebotes de peso, bajas de peso y luego nuevos rebotes, suelen culparse de por todo y la ansiedad les gana.
- El que tiene vergüenza, es aquella persona que jamás admitirá que se realizó una cirugía bariátrica, en grupos de bariátricos he leído personas preguntando que si pueden volver a trabajar de inmediato (eh, la locura del año), porque nadie sabe que serán operados o que viajan desde región a Santiago solos porque nadie sabe que tienen agendada hora a pabellón.
- El que se ve eternamente gordo, a mi parecer ya son personas con dismorfia corporal (obviamente no soy médico para diagnosticas ésto), dado que por más delgados que se encuentren no llegan al punto de vero y siguen pensando que son obesos, hasta el momento de realizarse un tratamiento psiquiátrico.
- El montaña rusa, le gana las emociones por la pérdida de peso, el que se caiga el pelo, la piel suelta y se entrega a sus emociones, siendo unos días muy alegres y otros grises/tirados más a negros.
- El eterno frustrado, se frustra porque no come, se frustra porque come, se frustra por lo que le dice el médico, se frustra porque quiere estar más delgado… en fin, su vida es frustrarse.
- El flojo, no ejercita, no hace dieta, no cambia hábitos, no va a los controles. Simplemente cree que por tener la operación realizada, un reajuste le ayudará en caso de necesitarlo.
- El no estoy loco, es aquel que jamás visita un psiquiatra o psicólogo, antes o después de la operación, por lo tanto no tiene herramientas para enfrentarse a los cambios mentales que se desatan luego de los primeros meses – donde la frustración es la reina, luego comienza el hambre – también la frustración por no soportar todo lo que debieses soportar en la lista de alimentos y finalmente aceptas en lo que te has metido.
- El mateo, este hace todo al pie de la letra, ejercita a diario, come ultra sano y balanceado, bebe mucha agua, jamás vuelve a tomar bebidas carbonatadas, definitivamente no soy este tipo.
¿Cuál soy yo? Tengo bastante del montaña rusa, pero creo ser un equilibrio sano y propio. A menos que el psiquiatra diga lo contrario, claro está.
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